La Ruta Pacífica de las Mujeres (Colombia)

Trabajo en mesas regionales tarea y reto posterior a la Movilización : ¡Sí se puede… sí se puede!

Atrás quedaron los meses de preparación, de concertación y, en especial, la larga jornada en los buses de camino hacia Rumichaca, atrás quedaron nuestra respectivas ciudades de origen, en ese momento el objetivo era encontrarnos con nuestras amigas, hermanas y compañeras ecuatorianas para evidenciar las violencias que sufren las mujeres que se encuentran en la zona de frontera debido a la militarización y la intensificación del conflicto armado y por supuesto la grave situación desplazamiento y refugio que padecen. En el Puente Internacional de Rumichaca nos juntamos, nos abrazamos, nos reconocimos y juntas hermanadas gritamos a una sola voz: ¡No más fronteras!... ¡Sí se puede! ...

Fueron momentos muy emotivos, de llanto, de gran felicidad, de abrazos eternos y sentidos. Mientras las mujeres ecuatorianas ingresaban por la calle de honor que hicieron las mujeres de la Guardía Indígena con sus bastones, otra mujer les regaba agua haciendo con su gesto la ceremonia de sanación y dándoles la bienvenida.

Posteriormente, a un costado de la vía Panamericana, se llevaron a cabo los actos simbólicos de la Movilización Binacional de Mujeres a la Frontera Colombia – Ecuador que llevaron cada una de las delegaciones participantes tanto de Ecuador y Colombia. Igualmente, se realizaron los actos políticos que iniciaron con la lectura del Manifiesto y la instalación simbólica de la Mesa de Interlocución Binacional para el tratamiento de la problemática de desplazamiento y refugio y los efectos que ha traído en el cuerpo y vida de las mujeres. En esta mesa se espera que participen los gobiernos Ecuatoriano y Colombiano, la Ruta Pacífica de las Mujeres, la Organización Femenina Popular, Organizaciones Regionales, y Organizaciones Ecuatorianas, y se espera contar con el acompañamiento de la comunidad internacional.

El reto a seguir es el inicio de las mesas regionales de trabajo que darán los insumos necesarios para llevar a la mesa de Interlocución Binacional, acciones que se tienen previstas que inicien el próximo año, luego de que se construya la metodología de trabajo.

A todas las organizaciones y personas que participaron y acompañaron la Movilización Binacional de Mujeres a la Frontera Colombia – Ecuador, la Ruta Pacífica de las Mujeres y la Organización Femenina Popular les damos nuestros más sonoros agradecimientos y desde ya los convocamos a seguir acompañando estas iniciativas simbólicas y políticas que propenden por lograr una vida libre de violencias para las mujeres.

La Ruta Pacífica de las Mujeres, Bogotá, 3 de diciembre de 2007.

La Ruta Pacifica...

La Ruta Pacífica es una propuesta política feminista, de carácter nacional que trabaja por la tramitación negociada del conflicto armado en Colombia, y por la visibilización de los efectos de la guerra en la vida de las mujeres. Nos declaramos pacifistas, antimilitaristas y constructoras de una ética de la No violencia en la que la justicia, la paz, la equidad, la autonomía, la libertad, y el reconocimiento de la otredad son principios fundamentales. Desde su conformación venimos haciendo parte del creciente movimiento ciudadano por la paz, que desde la sociedad civil ha dicho NO a la guerra. Forman parte de La Ruta Pacífica más de 315 organizaciones y grupos de mujeres coordinadas en 9 regionales (Santander, Bolívar, Valle del Cauca, Risaralda, Bogotá, Putumayo, Antioquia, Chocó y Cauca).

Surgimos públicamente en 1996 como respuesta a la grave situación de violencia en la que se encuentran las mujeres en las zonas de conflicto, tanto en las áreas rurales como urbanas; violencias que han sido invisibilizadas y subvaloradas por las violencias que se suponen son más fatales. Nosotras validamos todos los esfuerzos para lograr la negociación entre el Estado y los diferentes actores armados, que contemplen la urgencia de un acuerdo humanitario, el cese al fuego, el respeto de los derechos humanos y la aplicación del Derecho Internacional Humanitario. Creemos que el país no puede darse el lujo de abortar el actual proceso de diálogos de paz, como ocurrió en 1984 y en el 91. Ese es nuestro empeño y nuestra convicción y trabajamos para que las mujeres no sólo nos veamos y expresemos como víctimas de la guerra, sino como actoras sociales y políticas del proceso de Negociación y de construcción de la PAZ.

Las Mujeres de la Ruta provenimos de todos los sectores sociales: profesionales, intelectuales, estudiantes universitarias, Indígenas, Negras, incluso hombres. Sin embargo su base social esta conformada fundamentalmente por sectores populares, quizá las que padecen de la manera más violenta el conflicto armado, todas son mujeres que han decidido romper el silencio, y el ciclo de miedos que produce la guerra.

Planteamos la protesta, LA MOVILIZACION SOCIAL, como nuestra forma más típica de aparecer, con lo que buscamos, expresar a la sociedad Colombiana que estamos en desacuerdo con la guerra, como la forma efectiva de solucionar los conflictos; y mostrar que la Paz no es sólo el resultado de la negociación del conflicto armado, es también la reconstrucción moral, ética y cultural de cada pueblo, ciudad o región.

El conflicto armado colombiano, lo entendemos como un asunto geopolítico, ello queda demostrado, con el hecho de que el centro de los conflictos está, donde se concentra nuestras mayores riquezas como nación. Urabá, Putumayo, Magdalena Medio, Sur de Bolívar, etc. Consideradas zonas estratégicas para el desarrollo de grandes macroproyectos.

En el contexto de guerra que vivimos en Colombia los actores armados violan mujeres, prohíben la movilización, la organización y condicionan el modo de vestir, bajo la amenaza de convertirlas en objetivo militar. Asesinan a las mujeres por los nexos familiares y afectivos que sostengan con cualquiera de los actores armados. Además de lo anterior el 70% de las personas afectadas por el desplazamiento (2 millones) son mujeres, niñas y niños.

Para llevar a cabo nuestras propuestas, las mujeres en Ruta estamos construyendo un lenguaje propio. Reconstruimos los símbolos que refuerzan la guerra, la exclusión y el exterminio. Nuestra propuesta simbólica y poética construye nuevos símbolos, lenguajes y prácticas sociales y políticas; por esa razón, las marchas, los encuentros de Mujeres, más que un encuentro, son un ritual, donde expresamos de diversas maneras las potencialidades femeninas para abordar el conflicto armado colombiano.

PLANTEAMOS

- Rechazo a la carrera armamentista - Ejercicio de un pacifismo comprometido que propugna por una ética de la no violencia, y que reconoce y respeta la diferencia como elemento esencial. - Respeto al Derecho Internacional Humanitario, en la perspectiva de fortalecer y exigir el derecho a no ser involucradas, como población civil, en la guerra por ninguno de los actores armados, y bajo la perspectiva de participar activamente en la concertación y negociación del conflicto.

ENFATIZAMOS

 Movilizar a las mujeres colombianas alrededor del conflicto armado colombiano. - Construir una mirada diferente frente al conflicto armado colombiano, que permita señalar la esencia patriarcal de la guerra. - Articular las diferentes dimensiones de la Violencia desde lo privado a lo público, y articulando la violencia cotidiana sobre las mujeres y la guerra que se vive en el país y finalmente presentar alternativas de intervención de la problemática. - Trabajar un proceso político y metodológico sobre nuestra mirada del conflicto armado en el país y sus posibles salidas. - Articular y fortalecer el movimiento de mujeres, alrededor de una apuesta pacifista, feminista en el país.

- Hacer sostenible la movilización de las mujeres en torno a una salida negociada. - Jugar un papel constructivo en la revisión y reconducción del movimiento de mujeres colombiano, a partir de las apuestas de cada expresión del movimiento.

MOVIMIENTO DE MUJERES CONTRA LA GUERRA

La Ruta Pacífica de las Mujeres por la Solución Negociada del Conflicto Armado e Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz, constituidas en MOVIMIENTO DE MUJERES CONTRA LA GUERRA y acompañadas por una amplia delegación internacional de parlamentarias, liderezas políticas y liderezas sociales, reunidas en este magno evento precedido de múltiples compromisos individuales y colectivos, reafirmamos nuestra voluntad inquebrantable de continuar en nuestro empeño de trabajar contra las GUERRAS que la ideología patriarcalista viene imponiendo en el planeta.

Los nacionalismos, los fundamentalismos, terrorismos y los militarismos como expresión de dicha ideología, constituyen hoy en día graves realidades y amenazas sobre la ciudadanía de las mujeres, por eso nuestro compromiso es con su desestructuración en todos los espacios que habitamos empezando por nuestros hogares y llegando a los espacios sociales y políticos.

Consideramos que todos los conflictos inherentes a las relaciones sociales deben ser tramitados por las vías del diálogo y la negociación; como ciudadanas preocupadas en la construcción de la paz con justicia social y justicia de género, en los países que padecen conflictos armados, continuamos y continuaremos impulsando apuestas desde la óptica de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario con perspectiva de género.

Llamamos a las feministas del mundo y del país, a las organizaciones de mujeres, a las organizaciones pacifistas y no violentas a sumar todos los esfuerzos posibles para lograr que en nuestro país, cesen las violencias armadas y de género, a desactivar las creencias, conductas y actividades que refuerzan el militarismo y la militarización de la vida ciudadana.

El legado que hoy nos entrega este Encuentro Internacional de Mujeres contra la Guerra, nos servirá para alimentar nuestros compromisos y nuestras esperanzas por encontrar nuevas formas de habitar el mundo: el militarismo, el armamentismo y el millonario negocio de la guerra, que destruye vidas y países encuentra y encontrará en las feministas y en las mujeres noviolentas, presentes y futuras, el mayor y mejor obstáculo para sus fines.

Incitamos e invitamos a todas las mujeres de Colombia, a las organizaciones de mujeres, a las mujeres y hombres civilistas a desarrollar todo el potencial humano que poseemos al servicio de la construcción de una paz incluyente, equitativa, democrática y sostenible, que los acuerdos de paz que en algún momento sean firmados, incorporen el derecho a la verdad, la justicia y la reparación con perspectiva de género única manera de lograr una verdadera RECONCILIACIÓN.

Iniciativa de Mujeres por la Paz, Ruta Pacífica de Mujeres por la salida negociada del conflicto, BOGOTÁ.